SAN TARSICIO

Dios Todopoderoso, te pedimos por intercesión del mártir san Tarsicio que nos concedas reconocer con fe firme la presencia real de tu Hijo hecho hombre en la Eucaristía y honrarlo con todo el corazón cada día de nuestra vida.
Por Jesucristo tu Hijo, Nuestro Señor.
Amén.
Santo Domingo Savio

Amado Santo Domingo, tu entregaste tu corta vida totalmente por el amor a Jesús y su Madre. Ayuda hoy a la juventud para que se de cuenta de la importancia de Dios en su vida. Tu que llegaste a ser santo a través de la participación fervorosa de los sacramentos, ilumina a padres y niños en la importancia de la frecuencia en la confesión y santa comunión. Tu que a una temprana edad meditaste en los sufrimientos de la Pasión de Nuestro Señor, obten para nosotros la gracia de un ferviente deseo de sufrir por amor a El. Necesitamos desesperadamente tu intercesión para proteger a los niños de hoy de los engaños de este mundo. Vigila sobre ellos y condúceles por el camino estrecho hacia el Cielo. Pide a Dios que nos de la gracia para santificar nuestras obligaciones diarias llevándolas a cabo de manera perfecta por amor a El. Y recuérdanos la necesidad de practicar la virtud sobre todo en los tiempos de prueba y tribulación.
Santo Domingo Savio, tu que supistes preservar el corazón en la inocencia bautismal, ruega por nosostros.
Virgen de la Medalla Milagrosa

Se reza a las 5 de la tarde del 27 de Noviembre, Fiesta de la Medalla Milagrosa, y en las necesidades urgentes, cualquier día, a esa hora.
Oh Virgen Inmaculada, sabemos que siempre y en todas partes estás dispuesta a escuchar las oraciones de tus hijos desterrados en este valle de lágrimas, pero sabemos también, que tienes días y horas en los que te complaces en esparcir más abundantemente los tesoros de tus gracias. Y bien, oh María, henos aquí postrados delante de Ti, justamente en este día y hora bendita, por Ti elegida para la manifestación de tu Medalla. Venimos a Ti, llenos de inmensa gratitud y de ilimitada confianza en esta hora por Ti tan querida, para agradecerte el gran don que nos has hecho dándonos tu imagen, a fin que sea para nosotros testimonio de afecto y prenda de protección. Te prometemos, que según tu deseo, la santa Medalla será el signo de tu presencia junto a nosotros, será nuestro libro en el cual aprenderemos a conocer, según tu consejo, cuánto nos has amado, y lo que debemos hacer para que no sean inútiles tantos sacrificios tuyos y de Tu Divino Hijo. Sí, Tu Corazón traspasado, representado en la Medalla, se apoyará siempre sobre el nuestro y lo hará palpitar al unísono con el tuyo. Lo encenderá de amor a Jesús y lo fortificará para llevar cada día la cruz detrás de Él.
Ésta es tu hora, oh María, la hora de tu bondad inagotable, de tu misericordia triunfante, la hora en la cual hiciste brotar, por medio de tu Medalla, aquel torrente de gracias y de prodigios que inundó la tierra. Haz, oh Madre, que esta hora que te recuerda la dulce conmoción de Tu Corazón, que te movió a venirnos a visitar y a traernos el remedio de tantos males, haz que esta hora sea también nuestra hora, la hora de nuestra sincera conversión, y la hora en que sean escuchados plenamente nuestros votos.
Tú, que has prometido justamente en esta hora afortunada, que grandes serían las gracias para quienes las pidiesen con confianza: vuelve benigna tu mirada a nuestras súplicas.
Nosotros te confesamos no merecer tus gracias, pero, a quién recurriremos oh María, sino a Ti, que eres nuestra Madre, en cuyas manos Dios ha puesto todas sus gracias? Ten entonces piedad de nosotros. Te lo pedimos por tu Inmaculada Concepción, y por el amor que te movió a darnos tu preciosa Medalla. Oh Consoladora de los afligidos, que ya te enterneciste por nuestras miserias, mira los males que nos oprimen.
Haz que tu Medalla derrame sobre nosotros y sobre todos nuestros seres queridos tus benéficos rayos: cure a nuestros enfermos, dé la paz a nuestras familias, nos libre de todo peligro. Lleve tu Medalla alivio al que sufre, consuelo al que llora, luz y fuerza a todos. Especialmente te pedimos por la conversión de los pecadores, particularmente de aquéllos que nos son más queridos. Recuerda que por ellos has sufrido, has rogado y has llorado. Sálvanos, oh Refugio de los pecadores, a fin de que después de haberte todos amado, invocado y servido en la tierra, podamos ir a agradecerte y alabarte eternamente en el Cielo. Amén
SOLO DIOS PUEDE

SOLO DIOS PUEDE DAR LA FE,
PERO TU PUEDES DAR TU TESTIMONIO
SOLO DIOS PUEDE DAR LA ESPERANZA
PERO TU SOLO PUEDE DAR LA CONFIANZA A TUS HERMANOS
SOLO DIOS PUEDE DAR AMOR
PERO TU PUEDES ENSEÑAR A AMAR A LOS DEMAS
SOLO DIOS PUEDE DAR LA PAZ
PERO TU PUEDES SUSCITAR LA CONCORDIA
SOLO DIOS PUEDE DAR LA FUERZA
PERO TU PUEDES SOSTENER EL DESFALLECIDO
SOLO DIOS ES EL CAMINO
PERO TU PUEDES MOSTRARSELO A LOS DEMAS
SOLO DIOS ES LA LUZ
PERO TU PUEDES HACERLA BRILLAR A LOS OJOS DE TODOS
SOLO DIOS ES LA VIDA
PERO TU PUEDES DEVOLVER A OTROS EL DECEO DE VIVIR
SOLO DIOS PUEDE HACER LO QUE PARECE IMPOSIBLE
PERO TU PUEDES HACER LO QUE ES POSIBLE.
SOLO DIOS SE BASTA A SI MISMO
PERO PREFIERE CONTAR CON TIGO